miércoles, 27 de diciembre de 2006

Cuando África suena en las portadas de los periódicos


somalíes vigilan la carretera que va al
aeropuerto de Mogadiscio
. Foto: EFE

África no es un continente que suela interesar y del cual los medios se hagan eco, a menos que un conflicto armado vuelva a despertar, se ataque una zona de intereses, o los muertos por catástrofe se cuenten a miles. En la mañana de hoy, en las portadas de los diarios se leía África como protagonista de la actualidad.

No es poco lo que está pasando en el continente negro. Ya no se menciona el jardín de conflictos que se vive en algunos de sus territorios (Uganda, Congo, Burundi, Sierra Leona, etc.) Ahora ya no es Sudán quien está “de moda”, ahora son Etiopia y Somalia. Y siempre acabamos volviendo a lo mismo, a la mala partición a golpe de cartabón que se hizo durante el imperialismo.

Ellos no son menos seres humanos que los occidentales. Nosotros leemos cómodamente las escasas noticias sobre África delante de un bollo y café con leche caliente, y muchos pensamos lo incivilizados que son; ellos frente a nosotros. Lo que no es nosotros, no forma parte.

Pero lo cierto, es que kilómetros más abajo de España, de Europa, y a diversas distancias del resto del mundo, diariamente, saltan inocentes cabezas africanas. Allí los derechos humanos son una cantinela occidental, los niños empuñan un fusil e impera la ley de la selva; sólo merecen una portada de periódico cuando se gesta una barbarie.

Señores, ya la tenemos, y por partida doble: la incipiente guerra en el cuerno de África y la explosión en Nigeria al intentar robar el llamado oro negro. En esta última cuestión, sí les pica a los poderosos, porque están en juego el gas y el petróleo; eso sí que interesa.

No hay nada de qué extrañarse. El estallido del oleoducto nigeriano que ha matado a cientos de personas era un saqueo; alguien pretendía llevarse el petróleo de alguien a otro lugar; ahí sí tenemos noticia. ¿Le damos un pequeño giro? ¿Quién y por qué iban a robar? Todo parece indicar que eran nigerianos, víctimas de la corrupción y de la escasez de combustible, fruto de una mala administración.

En fin, que necesitamos una hilera de desgracias para saber que África existe, y que se malvive en África todos los días, y que los mercados negros están a la vuelta de la esquina, como las enfermedades que se hacen eternas por cuestiones de patentes; y que buena parte de la culpa de tanto desengranaje del continente es el dichoso lastre que arrastran muchas regiones, cuando los europeos del XIX decidieron partirse el pastel. A ver si la ONU se pone las pilas y acierta esta vez.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La África subsahariana no deja de ser considerado un continente de segunda clase (o tercera, o cuarta...) y todo lo que ocurra allí, salvo lo que pueda ocurrir en Suráfrica (país que se percibe más próximo a Europa), tiene un interés relativo.
Quizás también influye que las guerras y el hambre allí nunca terminan o si lo hacen, empiezan a 1000 km más al sur, al norte o al este.
Desde mi punto de vista, la gran responsabilidad de toda esta situación y la obligación de solucionarla es de los países colonizadores, aquellos que expoliaron sus recursos y que salieron de ellos sin procurarles medios para sobrevivir.
Gobiernos eternamente corruptos, población semiesclavizada por la hambruna, por la miseria.
Decenas de ONG trabajan en su ayuda. Cada día surgen más y cada día la situación es peor.
No veo ninguna solución a corto plazo y el cambio climático hace que ni a largo plazo pueda plantearse un futuro esperanzador para tantos millones de personas.
Saludos

Anónimo dijo...

Querida Ana, siempre es constructivo volver a esta página.
Estoy de acuerdo con Fernando, no creo que haya una solución para el problema de Africa. La desertización moverá masas, impondrá migraciones masivas y todo ello afectará a los "países ricos".
El problema de África no es sólo de este continente. Nos afectará tarde o temprano a todos en este planeta.
Un saludo, admirada periodista.

Ana B. dijo...

Estimado Fernando, no puedo estar más de acuerdo contigo en que la responsabilidad descansa en los hombros de las potencias colonizadoras. Pero además, opino que en el proceso de globalización, los que tienen las de perder son países como los que componen la mayor parte del continente africano -salvo Sudáfrica, que como bien has señalado es una historia aparte-. Estos países ya no se pueden industrializar porque dicho proceso afectaría significativamente al cambio climático.

Parece que las prácticas de tijera anteriores a la I Guerra Mundial tienen difícil solución y la inmigración es una consecuencia del reparto de África. Gracias por tu colaboración.

Ana B. dijo...

Querido Pablo, comparto tu opinión al respecto. Y si me permites, déjame añadir ese dicho de "lo que siembres recogerás". Europa sembró y ahora le toca recoger pateras y cayucos que llegan a costas españolas. Un saludo y gracias por tus palabras.