jueves, 25 de enero de 2007

Ryszard Kapuściński, Maestro de periodistas


Un día leí un artículo tuyo, Maestro. Hablaba de no quedarse en los hoteles e ir a la primera línea de fuego. Entonces estaba en la universidad a punto de salir a este mundo canalla. Me sentí identificada en tu forma de pensar y de concebir el qué contar a los que están lejos del punto de la noticia. Desde entonces no pude dejar de venerarte, Maestro Kapuscinski. Y tiempo después me enteré que el gran García Márquez también se refería a ti como maestro.
Hace dos días que te fuiste y aún tengo reducido el corazón. Ingenuamente, confiaba en que un día podría compartir un café contigo hablando en inglés, admirando tu manera de articular palabras y el sentido que estas tenían, y certificando, si yo, maestro, era una coincidencia en ti. Se me ha quedado el sueño por cumplir. Pero lo que no se me va es tu espíritu internacional y romántico de contar qué pasa, dónde pasa, cómo pasa, por qué pasa, y a quien le pasa. Maestro, ¿se nace para esto verdad?, aunque se estudie historia, porque Los cínicos no sirven para este oficio. Como decía el otro día Joaquín Estefanía en El País eras el “enviado de Dios”.

Mi querido Maestro, a mi me dejaste la empatía con los entrevistados. De naturaleza totalmente empática ya era, pero hacerles sentir escuchados sin ser un mero bloc de notas lo aprendí de ti. Y en ti confirmé que no se cubre internacional desde los cómodos hoteles, sino pisando la calle, porque aunque nos falle el idioma tenemos miradas, tenemos gestos y, es una máxima periodística – de la tele- decir que una imagen vale más que mil palabras. No obstante, la imagen que se produce en el momento y de la que eres testigo es la más auténtica de todas y la más objetiva.

Con las botas puestas Maestro, con las ganas hasta el último momento porque la inquietud, aún no estando en tu casa de Varsovia, sigue latiendo en ti. Nos has dejado, al menos a mí, una razón más para acordarnos de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas; para no sé cuántos de nosotros, desde ya, el 24 de enero es el final de la lucha de Ryszard Kapuscinski.
Tu foto ha salido en todas las portadas del mundo, y los caracteres impresos en esas páginas eran la tinta llorada en las rotativas, antes de ver la calle.
Foto: AP

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sé lo mucho que admirabas a este hombre y sé también lo mucho que esperabas de él.
Si hay alguien que va a sufrir por su pérdida, familia a parte, vas a ser tú.
Mi más sincero pésame, Ana.

Ana B. dijo...

Mi más sincera enhorabuena Fernando, porque has llegado a conocer al Maestro de maestros. Es una dicotomia; por un lado te deja triste, pero por otro sabes que hay un poso dentro de ti, que te ha quedado para siempre... y eso ya nadie puede arrebatármelo. Un abrazo enorme.

El perro andaluz dijo...

"La guerra del fútbol", uno de los libros que leí con más deleite y fascinación.
Un abrazo.

Ana B. dijo...

Estimado "Perro Andaluz", me complacen dos cosas; de un lado ver que has regresado al blog, y que sabes que el Maestro ha dejado un gran vacío. De paso aprovecho para decirte que te leo, pero que no me deja escribir y comentar tus post. Yo tengo dos: Los cínicos no son para este oficio y Ébano. Un abrazo (a ver si me dices cómo escribir en tu espacio).

Anónimo dijo...

Saludos Ana. Hacía mucho tiempo que no me pasaba por aquí y que no sabía nada de ti... Esto de no tener ordenador te desconecta del mundo, y me supone un gran ajetreo conectarme a internet, y cuando lo hago, se acumulan tantas cosas, para poder estar un poco al día... La última vez que hablamos habías dejado de lado esto de escribir, así que en primer lugar me congratula que hayas vuelto, ya que veo que has escrito mucho.

Aprovecho tu texto de hoy, para volver a saludarte y, como ya han hecho por ahí arriba, darte el pésame por el fallecimiento de Ryszard Kapuściński. Recuerdo, y aún lo tengo apuntado como "pendiente", que hace unos meses me recomendabas en mi fotolog uno de los libros que comentas "Los cínicos no son para este oficio" y me hablabas de Kapuściński como uno de los GRANDES de nuestra profesión. Yo espero conocer su obra pronto.

Bueno, muchos besos y espero que la vida te esté sonriendo ;)